martes, 4 de noviembre de 2014

MI COJÍN DE LACTANCIA


   La primera vez que vi un cojín de lactancia, hace unos 5 años, me pareció curioso. Era de los pequeños, los que se ponen alrededor de la cintura. Un buen invento pero al que no le presté demasiada atención.
   Durante el embarazo estuve investigando diferentes tipos de cojines de lactancia. Vi algunos en las tiendas que parecían algo incómodos, con asa y un poco rígidos, otros que te rodeaban el estómago, pero no me acababan de convencer. 

   A los 4 meses de gestación ya empezaba a tener molestias en la espalda al dormir de lado porque me salió barriga enseguida y me acordé de la película "Plan B" de Jennifer López, en la que duerme con uno en forma de plátano gigante.

   Estuve buscando por internet, y los precios oscilaban entre los 50 y los 100 euros, un poco caro.
   En Baby Moon, la tienda dónde hicimos la lista de bebé, Lidia me consiguió por 40 euros uno de los grandes, que mide 170 cm aproximadamente. No pude escoger el color y me tocó uno con círculos verdes y marrones.

LA MEJOR COMPRA QUE HE HECHO!


   Empecé a usarlo desde los 4 meses y aún no lo he soltado. Dormí con él durante todo el embarazo. Me abrazaba a él de lado y apoyaba el barrigón en el ángulo del cojín. Un descanso para la espalda y las piernas.

   Cuando nació Sofía, no iba a ninguna parte de la casa sin él, lo trasladaba de la cama al sofá y si hacía falta hasta la casa de mis suegros.
  Mi hija ha mamado cómodamente durante horas y se ha pegado unas siestas de aúpa mientras yo leía, jugaba a la XBOX o miraba la televisión sin tener que preocuparme de si el cojín se desplazaba o estaba bien colocada.
   En casa lo llamamos "El Full Power", porque era requisito indispensable para poder estar o dormir a nuestra niña, especialmente cuando era muy bebé
   Quién tuviese el cojín, tenía el poder. (aún nos seguimos peleando por él...)

   Le tengo tanto cariño al cojín que 18 meses más tarde aún pulula por el sofá para acomodar a Sofía en sus siestas y, aunque ahora no lo haga servir tan a menudo, le tengo un cariño especial y aún no lo quiero guardar en el armario. Va genial para las siestas (incluidas las mías cuando puedo hacerlas) y para apoyar los codos y leer cómodamente en el sofá.



   Lo recomiendo 100 % y me parece un regalo super útil para las nuevas embarazadas. Importante tenerlo a partir del 2º trimestre de embarazo.





El cojín, presente en la mayoría de las fotos de Sofía

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