sábado, 1 de noviembre de 2014

EL SUEÑO DEL BEBÉ: DORMIR SIN LLORAR y CRIANZA CON APEGO

   Antes de ser madre tenía claro varias cosas por los comentarios que había oído siempre en cuanto al sueño de los bebés el primer año:

1.- Los bebés al nacer, se pasan tooodo el día durmiendo. Hacen sus siestas en la cuna.
2.- Te puede tocar un bebé con cólicos, por lo que llorará mucho y tendrás que hacerle masajes e intentar que expulse los gases.
3.- Los bebés duermen en su cuna. Hay que gente que practica el colecho, pero es por decisión propia, porque ellos quieren dormir con sus hijos. 
4.- A partir de los 4-6 meses los bebés ya duermen 8 horas del tirón y puedes descansar mejor.

TODO MENTIRA!

 Nosotros no podemos quejarnos, Sofía no ha sido demasiado conflictiva con el sueño, pero nos hemos tenido que adaptar a ella y no al revés.

Así fueron sus sueños el primer año:

- Primer mes: Estaba una hora mamando hasta que se medio dormía. La colocaba en la minicuna: 5 minutos más tarde se despertaba con los ojos abiertos como platos. Repetíamos el proceso pero esta vez la colocábamos en la hamaquita: mismo resultado. No me lo podía creer. Sus siestas duraban 5-10 minutos entre cada toma y seguía despierta el resto del día! Debía de hacer 2 horas de siesta durante el día y luego por la noche sí que entre las 12 (última toma) y las 8 de la mañana sólo pedía teta una vez.


Pero, a ver: no me habían dicho que los bebés dormían todo el día? Y por qué la mía no?

- De 1 a los 4 meses: Me dí cuenta de que si la dejaba dormir en mis brazos, la campeona se pegaba unas siestas de hora y media entre tomas. Y yo me dije: si necesita dormir y la minicuna parece que tenga pinchos durante el día, pues nada, en brazos de mamá. Cuatro siestas diarias que estuvo haciendo cada día en mis brazos, con la ayuda del cojín de lactancia. 
   Tenía tiempo para leer, jugar a la Xbox, mirar pelis y series, etc, eso sí, sin moverme del sofá. Era eso o tener que oír como lloraba al ponerla en la cuna. 
   Mi hija quería contacto, estar en nuestros brazos. Eso es lo que le íbamos a dar.
   Por las tardes empezó a estar nerviosa, llorar y hacer fuerza para liberar gases así que le dimos Entero Silicona, que es totalmente inocuo y no se queda en el cuerpo sino que se expulsa con los gases y mano de santo. Cuando no se lo dábamos volvía a llorar por lo que estuvo hasta los 4 meses tomándolo y le fue muy bien. 

- De los 4 a los 6 meses: Empezó a dormir 7 horas seguidas por la noche. Un descanso la verdad. Parecía que yo podría volver a recuperar el sueño perdido estos primeros meses.

- De los 6 a los 9 meses: Me reincorporé al trabajo y a los 10 días empezó nuestro calvario. 
   Nuestra niña se quedaba dormida en mis brazos o en los de su papá y cuando la llevábamos a la cuna para dormir, a los 3 minutos (si no antes) se despertaba llorando y como ya sabía ponerse en pie, se cogía a la barandilla para llorar y reclamar nuestra atención. 
   Lo intentamos todo: llevarla muy dormida, estar con ella cogiéndole de la mano, cantarle, etc. Paraba de llorar en cuanto la cogíamos en brazos. Si volvíamos al sofá, se quedaba dormida al momento y tan a gustito. Ella quería dormir en el sofá pegada a nuestro cuerpo toda la noche.


  Tres meses estuvimos durmiendo en el sofá por turnos, más turnos yo porque Bruno trabajaba o salía de guardia y le podían llamar.    Tenía la espalda destrozada y muchas ganas de poder dormir en posición horizontal y en nuestra cama, porque dormíamos medio sentados, ayudados por el cojín de lactancia y 5 cojines más, con Sofía encima del pecho. 

- De los 9  en adelante: Lo había intentado anteriormente y Sofía no había dormido bien, pero quise darle otra oportunidad al colecho. Compré una barrera para la cama de 150 cm y coloqué a mi hija entre la barrera y yo. Imposible hacerlo entre el papá y yo, él se mueve mucho.
   Estuvimos así 10 días, en los que no dormí demasiado porque la niña siempre se ha movido cual torbellino, pero por lo menos yo podía descansar (algo) en la cama.
   Pensando un día llegué a la conclusión que si la cama fuese mucho más grande, podríamos dormir mejor los tres juntos. Cogí un destornillador, le quité la barandilla móvil a la cuna y la até con cuerdas de su somier al somier de mi cama. Coloqué dos churros de piscina en un lateral de la cuna para poder acercar el colchón al mío, puse la barrera de 150 cm a los pies de la cama para que no rodase por ella y se cayese al suelo y... VOILÀ! Cuna de colecho tipo sidecar instalada.


Foto de la cuna de colecho

   LA MEJOR IDEA que he tenido nunca. Esta me la apunto para futuro próximo hijo.
Sofía sigue moviéndose muchísimo, pero cuando se despierta, se pega a mi y vuelve a quedarse dormida, Nuestra cama tiene 60 cm más para que Sofía se mueva por ella y yo he recuperado la mitad de mi colchón.

  De momento se va a quedar así con nosotros. Cuando sea más mayor ya intentaremos pasarla a su cama, pero supongo que hasta los dos años estará durmiendo con nosotros.


   No soy amiga del método Estivill ni de dejar que llore toda la noche hasta que se canse y se duerma. Los bebés no lloran porque sí, necesitan algo en ese momento y es su manera de expresarse.
Si mi hija, debido a mi reincorporación al trabajo, reclamaba más tiempo y contacto conmigo porque se sentía abandonada, cómo no se lo voy a dar. Quiero que sea una persona feliz, cariñosa y busque mi afecto porque siempre lo tendrá.


  Ya no pienso que el colecho sea algo raro. Siempre lo había descartado porque pensaba que no era bueno tener a tu bebé durmiendo entre los dos, que eso destrozaba la vida sexual de la pareja y que tenía que ser muy incómodo. En cuanto a lo primero, ese obstáculo se puede salvar de muchas formas ;) y en cuanto a la incomodidad, tal y como lo tenemos montado puedo dormir sin problemas toda la noche, aunque me despierto varias veces porque la nena se mueve mucho y siempre he sido de despertar fácil.



  Si Sofía pudiese dormir plácidamente en su cuna, ya fuese en nuestra habitación o en la suya, no me lo hubiese propuesto. Pero las cosas salen como salen y hay que adaptarse a cada situación y a cada hijo. 



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