domingo, 23 de noviembre de 2014

LISTA DE COSAS IMPRESCINDIBLES PARA EL BEBÉ

  Estando embarazada, busqué en la web toda la información  para saber qué cosas necesitaba tener para la llegada de mi hija y qué me tenía que llevar al hospital para cuando naciera.
   Encontré cosas necesarias y cosas prescindibles y lo adapté a mis gustos.
   
   Fue de mucha ayuda Lidia, la dueña de la tienda de bebés Baby Moon, donde hicimos la lista de bebé.
   Aunque hay gente que decide no hacer lista en una tienda, personalmente me parece lo más fácil a no ser que ya lo tengas todo o te lo puedan dejar, y aún así seguro que necesitarás alguna cosa.
   Mi marido y yo no somos muy exquisitos con las compras: tuvimos hecha la lista en la tienda en media hora, cuando según nos dijo Lidia, lo normal es que tarden por lo menos 2 horas (y han llegado a estar 4... no sé que afición le tiene la gente). Buscábamos cosas funcionales y no necesitamos ver muchos catálogos, enseguida encontramos algo que nos parecía bien.
   Lo bueno de la lista de bebé es que a no ser que elijas extravagancias o hagas la lista muy larga, en principio los familiares y amigos lo suelen coger todo. Nuestro grupo era reducido y la lista se la acabaron así que quedamos contentos con el invento.

Aquí pongo la lista de cosas que compramos y algunas que nos dejaron que fueron imprescindibles:


Para dormir:

- Cuna + colchón

- Sábanas cuna

- Protector de cuna
- Edredón de cuna
- Minicuna/Moisés + sábanas
- Manta, arrullo, etc.

- Saco de dormir (Sofía desde el minuto 1 ha odiado las mantas, el saco fue lo único con lo que pude abrigarla al dormir el invierno pasado. Sólo sirve para bebés que no se pongan en pie, por razones obvias)

Para estar:
- Parque o cuna de viaje
- Hamaca
- Cojín de lactancia

Para comer:
- Sacaleches
- Trona (a la nuestra se le puede quitar la bandeja y acercarla a la mesa, es muy cómoda)
- Pezoneras (si es necesario, a mi me salvaron la vida el 2º día y eso que tuve que enviar a mi marido a comprarlas)
- Muselina para tapar al dar de mamar en público (opcional)
- Esterilizador + biberones + termo de agua (en caso de no querer/poder dar el pecho)

Para pasear:
- Cochecito 3 piezas (maxi-cosi, capazo y silla)
- Silla de paseo ligero
- Mochila porta bebé/Mei Tai/Fular elástico (opcional)
- Saco de invierno para el cochecito
- Funda de toalla de verano para el cochecito
- Asiento para coche +1
- Mantitas

Para el baño:
- Mueble cambiador/bañera
- Capa de baño
- Champú, peine, aceite, termómetro baño, colonia, etc
- Esponja
- Sacamocos
- Suero fisiológico (para las legañas)
- Alcohol 70 º (curas del ombligo)
- Gasas esterilizadas

Para el hospital :
- 2 sujetadores lactancia

- Zapatillas de andar por casa (soy fan incondicional de Crocs y de hecho el último mes y medio de embarazo, debido a la retención de líquidos era el único calzado que me podía poner... ande yo caliente...XD)
- Braguitas hospital desechables
- Discos absorbentes
- Purelan
- 3 mudas bebé (body, pijama, calcetines, etc.)
- Pañales y toallitas (te las proporciona el hospital pero a veces parece que necesites aún más)
- Neceser para ti
- Ropa para salida del hospital


   En cuanto a la ropa, depende de en qué estación del año nazca, pero aún siendo pleno agosto se les ponen bodies o pijamas de manga larga finitos para que no pasen frío porque al principio no controlan bien la temperatura.


   No recomiendo comprar la talla 0 o de 50 cm a no ser que sea un bebé muy pequeño o prematuro. Generalmente les va muy justo (si les va) y acaba siendo una compra inservible. (Mi niña nació con 54 cm, la talla 54 o de 1 mes le iba pequeña así que le tuvimos que poner ropa de 60 cm o de 2-3 meses)

   El resto de ropa, si os pasa como a mi, que mi niña siempre va como mínimo una talla o dos adelantada porque crece muy rápido, mejor ir comprando según veáis. Tengo prendas sin estrenar porque no coincidía la estación del año con el tamaño de Sofía en ese momento.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

LA BÚSQUEDA DE UN BEBÉ

La concepción parece algo fácil.

  Hay un montón de casos de "descuidos", de "noches locas" y de "vamos a probar a ver qué tal" que acaban en embarazo a la primera.

   Luego está el resto, que planifican el embarazo y ven pasar los meses sin que haya resultado.
(Yo no me puedo quejar demasiado, tardé 6 meses en conseguirlo, pero ese tiempo se me hizo muy largo...)

   Hoy en día intentamos planificarlo todo. Empiezas a buscar un bebé y ya haces cuentas: 
- Que si te quedas embarazada en los próximos 3 meses tu hijo nacerá en verano (por poner un ejemplo)
- Que quieres quedarte embarazada antes de que cumplas X años. 
- Que quiero tener otro hijo y que se lleve X años con el primero.

  A mayor edad, más estrés. No es lo mismo buscar con 25 que con 30 o 35 años, el tiempo corre en tu contra y no tienes paciencia para esperar.

  Amigas o conocidas se quedan embarazadas y tú te alegras por ellas pero dentro de ti les tienes envidia porque tú aún no has podido. (Si son enemigas ni te cuento lo verde que puedes llegar a ponerte...)

  Lo primero que piensas es que si tanta gente se queda embarazada enseguida que lo buscan, por qué no va a ser tu caso. 
Ves pasar el primer mes y te dices "bueno, no pasa nada, es lo normal".
Y llega el segundo y el tercero y empieza a molestarte que te llegue la regla más o menos puntual. 
Con cualquier día de retraso te haces ilusiones y compras tests de embarazo a la primera de cambio porque crees que "esta vez sí". 
Pasa un mes tras otro y con cada regla te vas deprimiendo un poco más.
Y miras calendarios de ovulación que te dicen qué días eres fértil y compras tests de ovulación pero ni así... 

  Te empiezas a comer la cabeza pensando si vas a tenerlo todo bien: que no tengas las trompas de falopio obstruidas, o no ovules bien, o no se agarre con fuerza o que tu pareja no tenga los espermatozoides vagos o escasos... UN ESTRÉS!!

   Y que pasa con el estrés: que es enemigo de la concepción.

  La concepción es una lotería. Es un milagro. Es que en ese momento el espermatozoide adecuado llegue en el momento justo para poder introducirse en el óvulo y que todo se desarrolle bien.

  En la Seguridad Social no te realizan pruebas de fertilidad hasta que no llevas 2 años buscando de manera natural o 3 abortos espontáneos. (Esto último me parece una barbaridad)

  Si se tiene seguro médico o la economía necesaria puedes hacerte las pruebas mucho antes por lo privado. A veces, pagar 100 euros para que te digan que todo está bien es mejor que otro año de desespero porque no llega y no sabes si tienes algún problema. (Yo iba a pedir cita al mes siguiente cuando supimos que estábamos embarazados, soy una esas impacientes que quiere saber las cosas YA)

   Conozco muchos casos: de las que se quedan embarazadas a la primera. De las que tardan 1 año o 2 con el primero y con el segundo hijo enseguida conciben. De las que tras varios años buscando empiezan el papeleo para adoptar y en el proceso se quedan embarazadas. De las que lo intentan durante un año y descubren que tienen las trompas de falopio obstruidas y 2 años más tarde consiguen tener a su hijo mediante fecundación in vitro.  

  En definitiva, hay que disfrutar también el momento e intentar salvar todos los obstáculos que se van poniendo en el camino (mentales y corporales). 

  Porque al final, sentir a tu hijo dentro del vientre y tenerlo en brazos por primera vez es lo más bonito del mundo.

lunes, 10 de noviembre de 2014

CRISIS DE CRECIMIENTO

  Muchas veces he escuchado a la gente decir: "Pues yo sólo le pude dar el pecho a mi hijo un mes, dos meses, cuatro meses, me lo empezó a rechazar y pasé a darle biberón."

  Yo no estaba muy segura de querer ir a las clases de preparación al parto. Me parecía que toda la información que necesitase la podría encontrar por internet, pero me animé a ir y fueron bastante instructivas.

  Una de las charlas que más me gustó fue la de la lactancia, pese a que por mucho que te expliquen la teórica, la práctica es otro mundo mucho más difícil.

  Allí nos introdujeron el término "crisis de crecimiento". Estas crisis suelen suceder en torno a los 21 días, los 2 meses, los 4 meses y los 6 meses de vida del bebé. No es una ciencia exacta, puede suceder antes o más tarde.

  El bebé, que ha estado mamando con cierta normalidad, pasa 2-3 días en los que mama durante mucho más tiempo. Se engancha y suelta el pecho enseguida y llora a menudo porque parece que no pueda mamar bien. Este es el punto en el que si no se tiene conocimiento, pensamos que está rechazando el pecho y que ya no lo quiere. Teniendo en cuenta el cocktail de emociones e inseguridades que tenemos las madres primerizas, nos puede llevar a dejar la lactancia materna en pos del biberón, que el bebé se tomará, en principio, sin ningún problema.

  Lo que está haciendo el bebé es aumentar la cantidad de leche que sale de las mamas. La leche materna funciona mediante oferta y demanda. A más demanda, más oferta de leche. Al mamar tan seguido aumenta la producción de leche que hasta ahora era suficiente pero que al ir creciendo el bebé necesita aumentar para quedarse saciado.
En un par de días se estabiliza y el bebé vuelve a mamar normalmente.

  Los consejos de pediatras no familiarizados con este término y amigos del biberón tampoco serán de gran ayuda. En mi caso, yo sabía de las crisis, pero cuando a los 21 días vi que mi niña no había engordado nada desde que saliéramos del hospital pese a estar todo el día enganchada al pecho sin parar, el pediatra nos aconsejó la lactancia mixta, que mantuvimos hasta los 6 meses. (Ya hablé sobre mi experiencia con la lactancia en otra entrada).

  No supe reconocer la crisis de crecimiento porque, aunque mi niña estaba muy sana y bien de peso, me parecía muy pronto (pensaba que la primera era a los dos meses) y estaba más preocupada por el aumento de peso y porque mi leche no la alimentase y engordase lo suficiente.

  Hoy en día, teniendo más información y también más experiencia, hubiese seguido con la lactancia materna exclusiva, controlando que mi hija creciese bien, no tan rápido como los bebés alimentados con biberón, pero igual de sana.

  Esta información no la tenían las madres hace 20, 30 o 40 años (o por lo menos no la tenían tan a mano como la podemos tener hoy en día) y como resultado muchos hijos tuvieron poco tiempo de lactancia materna. La información nos da el poder de sortear obstáculos y no darnos por vencidas fácilmente ni dejarnos mal aconsejar. 


Para ser madre hay que tener 5 masters y 
3 doctorados por lo menos!!




martes, 4 de noviembre de 2014

MI COJÍN DE LACTANCIA


   La primera vez que vi un cojín de lactancia, hace unos 5 años, me pareció curioso. Era de los pequeños, los que se ponen alrededor de la cintura. Un buen invento pero al que no le presté demasiada atención.
   Durante el embarazo estuve investigando diferentes tipos de cojines de lactancia. Vi algunos en las tiendas que parecían algo incómodos, con asa y un poco rígidos, otros que te rodeaban el estómago, pero no me acababan de convencer. 

   A los 4 meses de gestación ya empezaba a tener molestias en la espalda al dormir de lado porque me salió barriga enseguida y me acordé de la película "Plan B" de Jennifer López, en la que duerme con uno en forma de plátano gigante.

   Estuve buscando por internet, y los precios oscilaban entre los 50 y los 100 euros, un poco caro.
   En Baby Moon, la tienda dónde hicimos la lista de bebé, Lidia me consiguió por 40 euros uno de los grandes, que mide 170 cm aproximadamente. No pude escoger el color y me tocó uno con círculos verdes y marrones.

LA MEJOR COMPRA QUE HE HECHO!


   Empecé a usarlo desde los 4 meses y aún no lo he soltado. Dormí con él durante todo el embarazo. Me abrazaba a él de lado y apoyaba el barrigón en el ángulo del cojín. Un descanso para la espalda y las piernas.

   Cuando nació Sofía, no iba a ninguna parte de la casa sin él, lo trasladaba de la cama al sofá y si hacía falta hasta la casa de mis suegros.
  Mi hija ha mamado cómodamente durante horas y se ha pegado unas siestas de aúpa mientras yo leía, jugaba a la XBOX o miraba la televisión sin tener que preocuparme de si el cojín se desplazaba o estaba bien colocada.
   En casa lo llamamos "El Full Power", porque era requisito indispensable para poder estar o dormir a nuestra niña, especialmente cuando era muy bebé
   Quién tuviese el cojín, tenía el poder. (aún nos seguimos peleando por él...)

   Le tengo tanto cariño al cojín que 18 meses más tarde aún pulula por el sofá para acomodar a Sofía en sus siestas y, aunque ahora no lo haga servir tan a menudo, le tengo un cariño especial y aún no lo quiero guardar en el armario. Va genial para las siestas (incluidas las mías cuando puedo hacerlas) y para apoyar los codos y leer cómodamente en el sofá.



   Lo recomiendo 100 % y me parece un regalo super útil para las nuevas embarazadas. Importante tenerlo a partir del 2º trimestre de embarazo.





El cojín, presente en la mayoría de las fotos de Sofía

sábado, 1 de noviembre de 2014

EL SUEÑO DEL BEBÉ: DORMIR SIN LLORAR y CRIANZA CON APEGO

   Antes de ser madre tenía claro varias cosas por los comentarios que había oído siempre en cuanto al sueño de los bebés el primer año:

1.- Los bebés al nacer, se pasan tooodo el día durmiendo. Hacen sus siestas en la cuna.
2.- Te puede tocar un bebé con cólicos, por lo que llorará mucho y tendrás que hacerle masajes e intentar que expulse los gases.
3.- Los bebés duermen en su cuna. Hay que gente que practica el colecho, pero es por decisión propia, porque ellos quieren dormir con sus hijos. 
4.- A partir de los 4-6 meses los bebés ya duermen 8 horas del tirón y puedes descansar mejor.

TODO MENTIRA!

 Nosotros no podemos quejarnos, Sofía no ha sido demasiado conflictiva con el sueño, pero nos hemos tenido que adaptar a ella y no al revés.

Así fueron sus sueños el primer año:

- Primer mes: Estaba una hora mamando hasta que se medio dormía. La colocaba en la minicuna: 5 minutos más tarde se despertaba con los ojos abiertos como platos. Repetíamos el proceso pero esta vez la colocábamos en la hamaquita: mismo resultado. No me lo podía creer. Sus siestas duraban 5-10 minutos entre cada toma y seguía despierta el resto del día! Debía de hacer 2 horas de siesta durante el día y luego por la noche sí que entre las 12 (última toma) y las 8 de la mañana sólo pedía teta una vez.


Pero, a ver: no me habían dicho que los bebés dormían todo el día? Y por qué la mía no?

- De 1 a los 4 meses: Me dí cuenta de que si la dejaba dormir en mis brazos, la campeona se pegaba unas siestas de hora y media entre tomas. Y yo me dije: si necesita dormir y la minicuna parece que tenga pinchos durante el día, pues nada, en brazos de mamá. Cuatro siestas diarias que estuvo haciendo cada día en mis brazos, con la ayuda del cojín de lactancia. 
   Tenía tiempo para leer, jugar a la Xbox, mirar pelis y series, etc, eso sí, sin moverme del sofá. Era eso o tener que oír como lloraba al ponerla en la cuna. 
   Mi hija quería contacto, estar en nuestros brazos. Eso es lo que le íbamos a dar.
   Por las tardes empezó a estar nerviosa, llorar y hacer fuerza para liberar gases así que le dimos Entero Silicona, que es totalmente inocuo y no se queda en el cuerpo sino que se expulsa con los gases y mano de santo. Cuando no se lo dábamos volvía a llorar por lo que estuvo hasta los 4 meses tomándolo y le fue muy bien. 

- De los 4 a los 6 meses: Empezó a dormir 7 horas seguidas por la noche. Un descanso la verdad. Parecía que yo podría volver a recuperar el sueño perdido estos primeros meses.

- De los 6 a los 9 meses: Me reincorporé al trabajo y a los 10 días empezó nuestro calvario. 
   Nuestra niña se quedaba dormida en mis brazos o en los de su papá y cuando la llevábamos a la cuna para dormir, a los 3 minutos (si no antes) se despertaba llorando y como ya sabía ponerse en pie, se cogía a la barandilla para llorar y reclamar nuestra atención. 
   Lo intentamos todo: llevarla muy dormida, estar con ella cogiéndole de la mano, cantarle, etc. Paraba de llorar en cuanto la cogíamos en brazos. Si volvíamos al sofá, se quedaba dormida al momento y tan a gustito. Ella quería dormir en el sofá pegada a nuestro cuerpo toda la noche.


  Tres meses estuvimos durmiendo en el sofá por turnos, más turnos yo porque Bruno trabajaba o salía de guardia y le podían llamar.    Tenía la espalda destrozada y muchas ganas de poder dormir en posición horizontal y en nuestra cama, porque dormíamos medio sentados, ayudados por el cojín de lactancia y 5 cojines más, con Sofía encima del pecho. 

- De los 9  en adelante: Lo había intentado anteriormente y Sofía no había dormido bien, pero quise darle otra oportunidad al colecho. Compré una barrera para la cama de 150 cm y coloqué a mi hija entre la barrera y yo. Imposible hacerlo entre el papá y yo, él se mueve mucho.
   Estuvimos así 10 días, en los que no dormí demasiado porque la niña siempre se ha movido cual torbellino, pero por lo menos yo podía descansar (algo) en la cama.
   Pensando un día llegué a la conclusión que si la cama fuese mucho más grande, podríamos dormir mejor los tres juntos. Cogí un destornillador, le quité la barandilla móvil a la cuna y la até con cuerdas de su somier al somier de mi cama. Coloqué dos churros de piscina en un lateral de la cuna para poder acercar el colchón al mío, puse la barrera de 150 cm a los pies de la cama para que no rodase por ella y se cayese al suelo y... VOILÀ! Cuna de colecho tipo sidecar instalada.


Foto de la cuna de colecho

   LA MEJOR IDEA que he tenido nunca. Esta me la apunto para futuro próximo hijo.
Sofía sigue moviéndose muchísimo, pero cuando se despierta, se pega a mi y vuelve a quedarse dormida, Nuestra cama tiene 60 cm más para que Sofía se mueva por ella y yo he recuperado la mitad de mi colchón.

  De momento se va a quedar así con nosotros. Cuando sea más mayor ya intentaremos pasarla a su cama, pero supongo que hasta los dos años estará durmiendo con nosotros.


   No soy amiga del método Estivill ni de dejar que llore toda la noche hasta que se canse y se duerma. Los bebés no lloran porque sí, necesitan algo en ese momento y es su manera de expresarse.
Si mi hija, debido a mi reincorporación al trabajo, reclamaba más tiempo y contacto conmigo porque se sentía abandonada, cómo no se lo voy a dar. Quiero que sea una persona feliz, cariñosa y busque mi afecto porque siempre lo tendrá.


  Ya no pienso que el colecho sea algo raro. Siempre lo había descartado porque pensaba que no era bueno tener a tu bebé durmiendo entre los dos, que eso destrozaba la vida sexual de la pareja y que tenía que ser muy incómodo. En cuanto a lo primero, ese obstáculo se puede salvar de muchas formas ;) y en cuanto a la incomodidad, tal y como lo tenemos montado puedo dormir sin problemas toda la noche, aunque me despierto varias veces porque la nena se mueve mucho y siempre he sido de despertar fácil.



  Si Sofía pudiese dormir plácidamente en su cuna, ya fuese en nuestra habitación o en la suya, no me lo hubiese propuesto. Pero las cosas salen como salen y hay que adaptarse a cada situación y a cada hijo.