miércoles, 31 de diciembre de 2014

MI CONCILIACIÓN LABORAL

   El otro día leía la entrevista que el Club de Malasmadres le hacía a Lucía, la madre bloguera de Planeando ser padres.

   Ella no pudo conciliar la familia con el trabajo y la despidieron se despidió de él. Ahora es una mamá blogger 24 horas y le va fenomenal.

   Yo he tenido la suerte de tener una gran jefa en mi trabajo que es madre de 2 hijos y que comprende perfectamente la situación en la que nos encontramos las madres trabajadoras.

   En junio 2012, cuando llevaba 6 meses trabajando en la empresa, decidimos empezar a buscar un bebé. Veía que en el trabajo todo iba bien, les gustaba mi forma de trabajar y en principio me iban a renovar el contrato. De repente, en agosto, me comentaron que me iban a prorrogar el contrato 2 meses más, hasta mediados de octubre, y que luego ya veríamos que hacíamos. Me quedé un poco planchada. Mi marido y yo nos planteamos si seguir buscando bebé o no teniendo en cuenta que si no me renovaban, quizás ya tendríamos uno en camino y eso imposibilitaba buscar otro trabajo o en caso de que no lo estuviese, quedarme embarazada al empezar un nuevo trabajo me traería problemas al instante.
   Lo estuvimos pensando pero al final decidimos seguir adelante porque no sabíamos si tardaríamos mucho en conseguirlo y porque si tenemos que esperar a que las circunstancias sean ideales, no nos pondríamos nunca.

   En octubre me dijeron que debido a la bajada de producción que hay en invierno, no me podían tener a jornada completa. Estaba en un punto en el que o me hacían indefinida o me echaban, por lo que decidieron hacerme indefinida a media jornada, pero con una cláusula en mi contrato que dijese que de abril a septiembre (ambos incluidos) pasaría a hacer jornada completa.

   Me cayó como un jarro de agua fría. Me quedé en estado de shock. Mi jefe todo feliz porque me hacía indefinida y yo pensando "pasaremos 6 meses con mi medio sueldo". Mierda de crisis.

   Me encontraba muy a gusto en esta empresa familiar y no quería volver a buscar trabajo en otro lado porque con la crisis está complicado y con lo bien que me habían tratado tampoco quería defraudarles. Así que acepté y empecé mi media jornada.

   Dos meses más tarde descubrimos que estábamos embarazados. Se fue el estrés de la incertidumbre laboral y el test dio positivo.

   Esperé a volver de las vacaciones de Navidad y nada más entrar por la puerta se lo dije a mi jefe, que me dio la enhorabuena. Su hija (que ahora es mi jefa) me abrazó y me felicitó. Me apoyó durante todo el embarazo, me dejó ropa, mini cuna, maxi cosi, libros, etc. Ha sido un amor. Y fue ella la que me dijo que mirase los días que me tocaban por lactancia. Lo hablamos con la gestoría y pude posponer la vuelta al trabajo hasta que mi hija tuvo prácticamente 6 meses porque junté baja maternal + vacaciones + lactancia.

   Si tengo que llevar a mi hija al médico o, como pasó una vez, salir 15 minutos antes del trabajo para recoger a mi hija porque mis suegros tenían que ir al médico y mi marido trabajaba, no me pone ninguna pega. Aunque se nota mucho en la economía familiar, los 6 meses a media jornada me sirven para disfrutar todas las tardes con mi hija, y como en un futuro coincidirán con la mayoría de los meses escolares, podré estar más pendiente de ella.

   Yo, a cambio, tengo la buena costumbre de llegar al trabajo 15-20 minutos antes y cumplir siempre con mi horario y mi trabajo. Tuve la suerte de encontrarme perfectamente durante todo el embarazo y no faltar ni un solo día. Además, excepto en la ecografías de las 12 y 20 semanas, todas las citas con médicos y matronas las procuraba coger a última hora de la mañana o de la tarde para faltar el menor tiempo posible al trabajo.

   La verdad es que soy afortunada de poder conciliar tan bien el trabajo con la familia.

   El otro día mi jefa me "pilló" leyendo el blog de Planeando ser padres y puso cara de sorpresa. Le dije que tranquila, que sólo era un blog de mamás que leía y que no se preocupase, que ni este año ni el que viene voy a buscar otro hijo. Ella me contestó que no había problema. Que con lo bien que había hecho cuadrar las fechas con la primera (trabajé prácticamente todos los meses más fuertes y cogí la baja a las 36 semanas justo cuando empezaba a bajar por lo que ella no tuvo desborde de trabajo), si el siguiente lo hacía igual de bien, podía tener los que quisiera. 

  Yo, con una sonrisa, le dije que tuviese en cuenta que estas cosas no se pueden planear al milímetro y que vienen cuando vienen.





domingo, 28 de diciembre de 2014

SOFÍA HOUDINI

Ya está aquí. Ha llegado el día. Por fin se ha revelado el asombroso poder de mi hija:

Sofía es una escapista profesional.

El otro día, la dejé en la trona (que debo decir que lleva un arnés de 5 puntos y una bandeja que le limita el movimiento) y fui un momento al ordenador, a 3 metros del salón. La dejé mirando Pocoyo y eran las 9.10 de la mañana, hora en la que suele estar muy empanada y se queda tranquila mirando sus dibujos.
De repente empiezo a escuchar golpes medio constantes. Me levanto extrañada y voy a ver a Sofía  y me encuentro la trona vacía. No hay nadie en el salón y sigo escuchando golpes por lo que me voy directa a la escalera, que está un metro del arco del salón y me encuentro a mi hija subiendo el segundo tramo de escaleras.

Tengo una ligera idea de cómo consiguió escapar. Al parecer se contorsiona y se quita los tirantes. Luego se da la vuelta, se apoya en el asiento y se pone de pie. Después pasa una pierna y se apoya aún no sabemos dónde y con medio salto está fuera. La trona debe de estar a 60-80 del suelo.

Foto de la trona de la que escapó

Pero es que eso no es todo. Hoy también se ha escapado del cochecito. Sigue la misma fórmula: quitarse tirantes, tirar para arriba y en este caso dejarse caer cual tobogán. He escuchado su grito de satisfacción al conseguirlo.

Después de esto tenemos algunas opciones:

- Ponérselo más difícil, con cadenas y un foso con cocodrilos e ir aumentando el nivel a medida que lo consiga.
- Atarla con una cuerda a una pata de la mesa. (Ésta no la veo viable. Con lo bruta que es arrastraría la mesa hasta donde quisiera)
- Olvidarnos de la trona más que para comer y el cochecito sabemos que dura lo que ella esté dispuesta a aguantar. Obligatorio poner siempre la barrera de la escalera y el resto de la planta ya la tenemos a prueba de bebés y puede pasearse tranquila, que no es tan grande.

Hay que decir que, a excepción de sus fascinación por subir escaleras (que no bajarlas, siempre me espera para que le de la mano y la ayude), cuando se suelta siempre viene hacia nosotros.  

Sé que este año no me van a dar el premio a la Madre del Año, pero es que no se puede ser la madre de Sofía Houdini y tenerlo todo.


viernes, 26 de diciembre de 2014

EL CHUPETE

   Darle chupete o no a tu hijo es una decisión muy personal.

   Las comadronas recomiendan no dárselo hasta que tengan por lo menos un mes y hayan establecido correctamente la lactancia materna ya que puede confundirles.

   No compré ningún chupete durante el embarazo. No estaba posicionada en el tema chupete si o chupete no y decidí que iría sobre la marcha. De bebé, yo sí que usé chupete, pero mi hermana no lo quiso nunca. Depende de cada uno y de la insistencia de los padres, supongo.

   Sofía siempre ha sido muy chupona. Se dormía al pecho y no lo soltaba. Podía pasarse las 2 horas de siesta pegada y sin soltarlo y me tenía los pezones blancos de tanta succión!!
   A los dos meses intenté darle un chupete de Chicco que me habían regalado pero no le gustó nada. Lo escupía como si le dieran arcadas y al final me dí cuenta de que era muy duro y tenía unas rayas en la parte de abajo que le molestaban.

   Estuve informándome por internet (como no) de algunas de las mejores marcas de chupetes, por aquello de que si les deforma el paladar, dientes hacia fuera, etc. Por lo que pude ver, Suavinex es una de las mejores (esto irá a gustos, supongo) y cuál fue mi sorpresa cuando me tope un par de artículos que comentaban que la marca Hippos, la del Mercadona, es la marca B de Suavinex. 
   Es decir, la misma fábrica vende el producto como Suavinex y como Hippos. La diferencia radica en el diseño: los de Suavinex son más bonitos, más ergonómicos por fuera (por dentro el látex es el mismo) y los de Hippos son más sosos y más bastos. Pero mientras el primero cuesta 5 euros el segundo cuesta 2 euros. 
Estos sí que le gustaron.
   Teniendo en cuenta la cantidad de chupetes que he comprado (porque se pierden, acaban debajo del sofá, se quedan pequeños, etc.) me he ahorrado un dinero.
   Además tuve la suerte de que Hippos sacase los modelos de Mickey Mouse, en colores rosas, azules y rojos super monos con la Minnie o el Mickey y eran la mar de chulos.




   Ahora mismo, mi hija los usa sobre todo para dormir y en el Mercadona he encontrado unos nocturnos que se iluminan cuando se apaga la luz. Son muy prácticos para saber dónde se encuentra mi hija porque cuando duerme da más vueltas que un tiovivo y así la localizo al instante. 

   También le gusta jugar con ellos por la noche mientras va pillando el sueño, los hace chocar unos con otros. 
   El protector de la cuna tiene un bolsillo dónde guardo los 3 chupetes (si, 3 chupetes porque uno lo llevará puesto pero seguramente lo perderá en las inmensidades de la cuna, así que iré a buscar el segundo y el tercero es por si se me desmadra, el de emergencia) y ella se entretiene cogiendo uno, se lo pone, coge otro, escupe el que lleva y lo vuelve a colocar en el bolsillo... y así hasta que se cansa. Más de una vez se ha quedado dormida con la mano dentro del bolsillo, jeje!

domingo, 21 de diciembre de 2014

SER MADRE ES...

Ser madre es...

- ... Cambiar pañales a oscuras a las tantas de la noche para que no se despierte.
- ... Enseñarle tus tetas a todos tus conocidos cuando le toca mamar a tu hija. (para una que no hace nunca topless...)
- ... Darle millones de besos a tu hija y que te parezcan insuficientes.
- ... Divertirte combinando la ropa como su fuera una muñeca. 
- ... Descubrir que eres capaz de sobrevivir durmiendo muy poco. 
- ... Tragarte todos los dibujos de Clan y Disney Channel (y que te gusten).
- ... Mancharte de caca las manos o la cara y limpiartela como cualquier cosa.
- ... Adorar cuando se duerme en tus brazos y notas su cuerpecito pegado al tuyo.
- ... Que se te salten las lágrimas cuando dice mamá por primera vez y cada vez que te llama.
- ... Olvidarte de hacer siesta a no ser que la hagáis juntas.
- ... Quedar con los amigos para comer y no para cenar.
- ... Desear que tus amigos tengan hijos pronto para tener algo en común y poder hablar tranquilamente de los hijos sin parecer una pesada.
- ... Que te enamore su sonrisa cada día y haga que cualquier problema se vaya.
- ... Sufrir desde el minuto 1 porque esté bien y no le pase nunca nada.
- ... Tener un sexto sentido (o séptimo según cómo) para saber que en ese momento está haciendo algo indebido y/o peligroso. (y salvarle la vida varias veces. Es una temeraria como su madre) 
- ... Tener muchas ganas de volver a casa para estar con ella.
- ... Descubrir el arte de los purés. 
- ... Despertarte los domingos a las 7 o las 8 cuando te gustaría dormir hasta las 10.
- ... Mojarte bajo la lluvia pero conseguir que tu hija esté perfectamente seca al ponerla y sacarla del coche en un día de tormenta.
- ... Que no te guste el rosa para ti pero sí para tu hija. (hombre... Rosa pastel mejor no) 
-... Hacerle 10.000 fotos antes de cumplir un año. (qué diferencia, yo debo de tener 20 como mucho de mi primer año) 
- ... Prácticamente perder tu identidad para ser la de una madre(y que te encante) 


FELIZ NAVIDAD!!

domingo, 14 de diciembre de 2014

BABY BLUES

     Lo primero que piensas de la depresión post parto es: eso no me va a pasar a mi. Voy a querer y a adorar a mi bebé desde el minuto 1 y nunca me voy a deprimir.

   Y es verdad, no tuve depresión post parto. Pero tuve el baby blues.

    El baby blues (o leve depresión post parto) puede aparecer entre 3 y 5 días después del parto y puede durar hasta 15 días. Sus síntomas son: irritabilidad, fatiga, dificultades para conciliar el sueño, accesos de llanto sin razón, etc. Es algo pasajero que si continúa en el tiempo puede llegar derivar en depresión post parto diagnosticada. Todo esto es culpa de los grandes cambios hormonales y de estrógeno en el cuerpo. Como tener un síndrome pre-menstrual elevado a 100.


    Yo no sabía nada de esto. No te informan las comadronas ni los médicos ni otras madres. No se habla del tema ni te avisan. Sólo te dicen que vas a tener las hormonas descontroladas un tiempo, pero no las consecuencias.

    Menos mal que internet es una gran fuente de información que me ha resuelto muchas dudas, tanto en el embarazo como tras el nacimiento de mi hija.

    A mi el baby blues me llegó a los 5 días: Llanto inconsolable sin razón. Podía pasar media hora seguida llorando sin parar sin ningún motivo. Y era un llanto profundo, agónico, que no acababa. 
No sabía por qué ni sabía como pararlo. Sentía que no estaba dando lo suficiente como madre, no hacía las cosas bien, fallaba constantemente y no sentía tanto vínculo con mi hija como el que yo quería tener.
El cansancio por no dormir, la novedad, el ser primeriza, los fallos que cometes, las visitas, los consejos, las dudas, los cambios hormonales... Todo un cúmulo que te deja KO.

   Por suerte, no era algo que me pasase todos los días. Eran momentos esporádicos y a las 2 semanas se me pasó. 
Creo que hay que ser fuerte y dejar salir todas la emociones, pero al mismo tiempo analizarlas y entender que la maternidad es un cambio muy grande y brusco y cuesta adaptarse, especialmente con el primero hijo. La comprensión de tu pareja y su apoyo es fundamental para volver a ganar la confianza que has perdido.

     Una vez aceptas que es normal lo que te pasa y que las dudas se van resolviendo es cuando empiezas a tener más confianza en ti misma y sabes que aunque te equivoques lo estás haciendo bien y que vas a ser la mejor madre que puedas ser porque tu bebé es lo mejor que te ha pasado nunca.

domingo, 7 de diciembre de 2014

EL (DICHOSO) COLLAR DE ÁMBAR

   Desde hace un tiempo se ha puesto de moda esto de ponerle a los bebés collares de ámbar para que no les duela cuando les salgan los dientes.

   Se "supone" que el ámbar en contacto con la piel tiene un efecto electromagnético (!) que alivia el dolor dental.

   Todas las madres que conozco se lo han puesto a sus bebés desde los 4 meses hasta por lo menos los 18 meses.


   Yo, que soy totalmente incrédula con estas cosas lo primero que hice fue investigar. 
Lo curioso es que hay muchas webs que comercializan este collar y que alaban sus resultados (me suena a tónica curalotodo de feriante). Estas páginas no me ayudaban en nada, yo quería información contrastada y resultados científicos porque si el ámbar es tan bueno, por qué no nos recetan piedras de estas para el dolor menstrual o de cabeza. Iríamos todos con una piedra de ámbar colgando todo el día y así seguro que cualquier mal que podamos tener se nos va antes de sentirlo... (sarcasmo modo ON).

   Si buscas bien en estas webs al final te dicen que estos collares no son de ámbar, sino de un material sintético (que viene a ser el plástico de toda la vida) que una de dos: o está cargado electromagnéticamente (rollo Power Balance, esto cada vez se sustenta menos) o bien de ácido succínico (que está presente sólo en el ámbar balcánico y del que los estudios sólo dijeron que no era tóxico, no que tuviese un efecto calmante). Si así fuese (que no lo es) no me gustaría tener a mi hija intoxicada todo el día con una sustancia de la que no puedo controlar la cantidad que absorbe ni estoy 100 % segura de que esté recomendado por el pediatra (porque la mayoría lo compra sin consultarlo).

   Pero bueno, que visto lo visto, solo es un trozo de plástico, un adorno. Antes de realizar la búsqueda estaba en contra porque me parecía mucho más peligroso ponerle un collar a un bebé que pueda engancharse con algo y asfixiarlo que el hecho de que llore por el dolor dental. No podría dormir ni un minuto tranquila pensando en que mi hija se ha dado varias vueltas por la cama y se le ha quedado el collar enrollado alrededor de su cuello.

   A los 4 meses mi hija ya tenía su primer diente (ha sido de las prematuras en este campo). Hoy tiene 15 meses y ya tiene 16 dientes. Y ojo, que a ella le salen los dientes de 4 en 4. Lleva todo el mes sacando los 4 premolares (que anda que no son grandes, nada que ver con los incisivos)
Y sí, se mete mucho los dedos en la boca para tocarse las encías, puede tener días que está más gruñona porque le molesta, pero ni lloros ni nada de nada. Si le llego a poner el dichoso collar habría pensado que sus efectos son maravillosos porque mi hija no ha llorado desconsoladamente todo el día al salir los dientes.

   Por favor, mamás y futuras mamis, investigad (solo un poquito) antes de poner collares de plástico a vuestros hijos. 

   Porque puestos a ponerles un collar, por favor que sea de brillantes o de colores variados, que el plástico naranja ese como que no combina con muchos outfits. (de nuevo, sarcasmo modo ON)


jueves, 4 de diciembre de 2014

MI PRIMER EMBARAZO

  Hoy mi niña cumple 15 meses y si las cuentas no me fallan, hoy hace 2 años que me quedé embarazada.


  En cuanto entras en el mundo de las preñadas te cambia la concepción de la vida. Ya no vives en días o meses sino en semanas:  las de la cuenta atrás hasta llegar a 40 (o 41 en mi caso).

  Como estamos de celebración voy a recordar esos 9 meses y medio.



5 semanas: Mis reglas siempre han sido de 33-34 días, así que espero al día 35 para hacerme el test a las 7 de la mañana (soy muy ansiosa y no puedo dormir) y voila! Las dos rayitas! Estoy embarazada! Lloro, despierto a mi marido para contárselo y vamos a comprar otro test de embarazo para confirmarlo. Ahora seguro, estamos embarazados. Me encuentro fenomenal!



El predictor, nuestra manera de anunciarlo.

8 semanas: Cita con mi ginecólogo. Primera ecografía del garbancito que llevo dentro. Ilusión por verlo aunque sea muy feo y me tengan que explicar qué es cada cosa. Pero hay algo allí dentro y eso ya te quita miedos. Me empieza a dar asco la pasta de dientes. Aún así apechugo y me los limpio igual.
Desde las 8 hasta las 16 semanas descubro que la comida con exceso de aceite (es decir frita) y el chocolate (!) me hacen vomitar toda la comida. Pierdo 7 kg hasta que consigo adivinar qué me causa tanto vómito y paso el resto del embarazo controlando qué como. Náuseas y mal sabor de boca.

8 semanas





12 semanas: Ecografía obligatoria donde miran el pliegue nucal y que el bebé vaya progresando. Es divertidísimo ver a Sofía dar botes y dejarse resbalar, se lo estaba pasando pipa. Por fin podemos verla con forma humana. Todo está correcto, aunque la ginecóloga es un poco brusca y me deja el bajo vientre dolorido un par de días al apretar con el ecógrafo. Aún no podemos saber el sexo. Ya empiezo a tener algo de barriga.


Mi nena pasándoselo teta con 12 semanas.

18 semanas: Soy muy ansiosa y no quiero esperar a las 20 semanas para saber el sexo del bebé. Nos vamos de viaje a Barcelona y quiero poder comprarle ropita. 

Diagnóstico de la ginecóloga: Aquí no hay testículos y se observan 3 rayas, es una niña! No me lo puedo creer! Pensaba que era un niño y llevaba 3 meses con la familia diciéndome que sería un niño y se llamaría Bruno como el padre. Un descanso en este tema y una alegría por tener a mi princesa!


20 semanas: El 12 de abril, conduciendo de camino al aeropuerto para ir a buscar a mi marido, noto la primera patada. Es una pasada! Se me saltan las lágrimas y todo al sentirla por primera vez.

Mi barriga crece por días y ya parece que esté de 7 meses. Eso sí, soy toda barriga. Me molestan los comentarios sobre el tamaño de mi panza. Sigo pesando 5 kg menos que cuando empezó todo esto pero parece que lleve gemelos.


22 semanas: Revisión exhaustiva de todos los órganos del bebé. Se te para un poco el corazón en cada pausa del médico antes de decirte que está correcto. La nena está estupenda y nos confirman que es una niña (porque no se ven testículos). El ginecólogo es un borde que se mete con mi peso, pese a haber perdido 5 kg. El sobrepeso se pierde antes, no durante el embarazo, leches! 

Me troncho con Bruno y su "parrilla costal". Es muy tonto, pero me recuerda a una barbacoa de costillas.

(PD: al ginecólogo tocapelotas decirle que al final de mi embarazo sólo cogí 4 kg, los que pesó mi hija, y que dos semanas después de haber parido pesaba 10 kg menos que antes de quedarme embarazada...Chúpate esa!)


Mi nena con 22 semanas


27 semanas: Ecografía 3D. Aquí se ve fatal. Sofía está pegada a la placenta y tiene poco líquido por lo que no se ve muy bien. No tiene nada que ver con los super vídeos que he visto por internet. Una clavada de 120 euros que, como somos tontos y nos hace ilusión verla, pagamos. Se ve mejor en la pantalla en directo que en las fotos que nos hace. Para el próximo futuro hijo no habrá. Aún así nos hizo ilusión verla. Nos dicen que tiene unos bueno mofletes y ya se le ve el hoyuelo de la barbilla. (como el de su mamá)

Aunque se vea fatal, mi nena es la más guapa


28 semanas: Prueba de glucosa. Qué nervios paso por desear no tener diabetes gestacional. El brebaje super dulzón y un rollo lo de esperar 1 hora pero por suerte sale negativo. (Si tengo que dejar de comer azúcar además de chocolate, me pego un tiro)


32 semanas: Empezamos las clases de preparación al parto. Son 5 sábados y las clases que dan son: preparto, parto, postparto, lactancia y cuidados del bebé. No están nada mal y de paso conozco a todas las matronas. Paso del aquagym y sólo vamos los dos a las clases. 



36 semanas: me cojo la baja laboral sin problemas. Llevo dos semanas con los pies hinchados y me empieza a doler la cadera por el peso de la niña/barrigón. He cumplido en el trabajo y ya me toca descansar que estoy enorme.



Toma panchota redondita.


37 semanas: Mi cumpleaños. Y cumplo 30. Un trabajón organizar la fiesta y hacerme mis propias tartas y la comida. La tortura de hacer un bizcocho de chocolate para la gente y otro normal para mí crea un monstruo. Les incito a acabarse el pastel y no tocar el mío, bajo pena de mordisco rabioso por mi parte.



Me quedaron guay las tartas, eh!


38 semanas: Esta niña podría salir ya, que pesa mucho. Se pasa el día dándome patadas cual kareteka y parece que no se cansa porque llega a estar las 2 horas que dura la película en el cine sin parar. Ya pesa 3,400 kg. Cita con el anestesista, que no me cuenta nada nuevo sobre la epidural que no supiese ya y me felicita por lo bien informada y lo tranquila que estoy.



39 semanas: Desde principio de mes tengo pubalgia (autodiagnosticada pero no por ello menos real). Me cuesta levantarme del sofá y la cadera me duele horrores. Tengo a mi señor marido a pan agua porque no estoy para meneos. Es una risa verme andar. Parezco un pingüino. Estoy deseando que salga esta niña ya, que se adelante un poco que hace mucho calor. La retención de líquidos es brutal, tanto de piernas como de pies. Las Crocs son el único calzado que me puedo poner y me da igual lo que piense la gente ni si combina con nada. Y tengo síndrome de túnel carpiano por la hinchazón. (gracias google y bloggeras por darme pistas de qué me pasa). Empiezo a ir una vez por semana a monitores.



Aquí mis super Crocs, y no pongo la panza de perfil que asusto.


40 semanas: Hey, que ya he cumplido! Cada día que pasa se me hace más largo. No puedo con este barrigón! Sofía es tan grande que escoge mis costillas para practicar las patadas de kickboxing. La llegada de Dexter, nuestro nuevo cachorro de 2 meses trastoca mi sueño y hace que empiece a cuidar de un bebé sin haber tenido aún a la mía. Creo que llevo trillizos o por lo menos siento tantas patadas y tengo un barrigón como si los tuviese.



Dexter bebé


41 semanas: Estoy harta de caminar a ver si la niña se coloca y provoca el parto, no parece que sirva de nada. En monitores me comentan que la nena ya pesa 3.800 kg. Tengo fecha programada para las 41+2 para la inducción al parto cuando rompo aguas y por fin empieza la fiesta.


En resumidas cuentas, tuve un embarazo fantástico excepto el último mes que fue el más duro. Y sé que no debo quejarme.

Lo peor: vomitar, náuseas, regusto a sangre en la boca, no comer chocolate, pubalgia.
Lo mejor: las ecografías, las patadas y sentir cómo se mueve dentro de mi. 






lunes, 1 de diciembre de 2014

PAPELEO TRAS EL NACIMIENTO

   Una entrada para futuras mamis. 

  Esta misma búsqueda la hice yo en su momento porque iba perdidísima en saber cuales son los pasos burocráticos que hay que hacer cuando nace el bebé.
   Todas mis búsquedas las hago en google y doy las gracias a esa gente anónima (o no pero no me acuerdo de sus nombres ni de sus blogs ^^U) que iluminaron mi camino.

    La verdad es que aunque le pregunté a mamis recientes, no había ninguna que me diese todos los pasos ni se acordase qué documentos eran.

    Así que con esto aporto mi granito de arena, teniendo en mente a familiares que lo van a necesitar  en un futuro. (va por ti Savina XD)



- INSCRIPCIÓN DEL BEBÉ EN EL REGISTRO CIVIL
    Plazo: entre las 24 horas y los 8 días posteriores al parto.
    Lugar: Registro Civil
    Documentación que hay que aportar: parte de maternidad que te dan en el hospital, DNI original de los dos padres, Libro de Familia si ya están casados. Se rellena un formulario.
    Recogida: Dependiendo del Registro Civil, un par de días o una semana.
    Quién puede realizar el trámite: Si los padres están casados, cualquiera de los dos. Si no, deben ir los dos.


- CERTIFICADO DE DESCANSO DE MATERNIDAD
   Es ir al médico de cabecera y decirle que la baja laboral pasa a ser baja maternal.
   Plazo: en los cuatro días posteriores al parto.
   Lugar: Médico de cabecera.
  Documentación: la tarjeta sanitaria de la madre y el parte de maternidad del hospital.
  Recogida: en el acto te dan 3 copias: una para el INSS, una para la empresa y otra para ti.
  Quién puede realizar el trámite: yo envié a mi marido y me quedé tan pancha.

- EMPADRONAR AL BEBÉ EN EL AYUNTAMIENTO
   Plazo: cuando quieras.
   Lugar: oficina del padrón de residencia.
   Documentación: Libro de Familia y DNI del que lo inscribe.
   Quién puede realizar el trámite: el padre o la madre.


- INSCRIBIR AL BEBÉ EN EL INSS y PEDIR LA PRESTACIÓN POR MATERNIDAD Y PATERNIDAD
   Plazo: lo antes posible.
   Lugar: oficina del INSS.
   Documentación: Libro de Familia, tarjeta sanitaria del titular con quien se va a inscribir el bebé, DNI de los 2 padres y fotocopia, certificación de empresa de los dos padres para el cálculo de la prestación junto con la última nómina, número de cuenta bancaria y rellenar el formulario M1 que se puede hacer en casa o allí mismo. Cumplimentar el modelo de Hacienda del cambio de datos fiscales. 
    (Importante pedir cita en el INSS cuanto antes, a mi me la dieron para 10 días más tarde. Al ir a pedir cita ya me llevé todo el dossier de los formularios, te lo explican todo bastante bien) 


- DAR DE ALTA AL BEBÉ EN EL AMBULATORIO
  Plazo: Lo antes posible. 
  Lugar: en el ambulatorio asignado.
 Documentación: la que te dan en el INSS, certificado de empadronamiento del bebé, DNI y tarjeta sanitaria del padre con el que está inscrito. En Baleares, foto del bebe para la tarjeta sanitaria.



  Luego está el tema de los 100 euros por madre trabajadora. El estado te ingresa 100 euros mensuales en tu cuenta bancaria hasta que tu hijo cumpla 3 años por ser madre trabajadora. En este caso tienes que ir a Hacienda y rellenar un modelo. (no tengo ni idea porque este papeleo no lo hice) 
  O bien te los puedes deducir en la declaración de la renta (1.200 euros que te devuelven si es el año entero, el primer año son los meses desde el nacimiento del bebé hasta que acabe el año). 
Yo personalmente prefiero la alegría de que me lo devuelvan en la declaración de la renta, ese mes tenemos extra, jeje!