domingo, 31 de mayo de 2015

6 HORAS Y MEDIA DE ABANDONO EN URGENCIAS

Mi hija, de casi 21 meses lleva desde el viernes con fiebre alta. Sube hasta 38.7 y le baja con Apiretal o Dalsy, pero la fiebre continúa. 

Ayer a las 16 de la tarde, le sube hasta los 39.8. Le doy Apiretal y un baño para que le baje la temperatura y consigo que llegue a 38.6. Al cabo de 2 horas le vuelve a subir hasta los 39.8 y viendo que se acerca peligrosamente a los 40 nos vamos raudos y veloces al Centro Sanitario de Vila para que la vean. Nos atienden enseguida. Sigue a 39.9 y me dan paños y una palangana con agua y me dejan sola durante media hora para intentar refrescarla. Llega el médico, la mira superficialmente y comenta que mejor la llevemos a Urgencias del Hospital Can Misses para que le hagan pruebas de orina o radiografías ya que él allí no puede hacerlo y no sabe por qué tiene tanta fiebre. Le ponen una bolsa para retener el pipí que debe quitarse a la hora y media.

Nos personamos en el Hospital a las 19.20. En 5 minutos nos atiende un médico que nos hace el triaje, le pone una pulsera identificativa a mi hija y nos dice que pasemos a la Sala de Espera de Pediatría para que nos atiendan. 

Y aquí empieza la larga espera. Delante nuestro sólo dos niños algo más mayores y dos o tres camas ocupadas dentro. Media hora más tarde intercepto a una enfermera y le pido que le mire la temperatura a mi hija, que ya han pasado 4 horas desde la última toma de paracetamol. Está a 38.7 y le dan Dalsy. Una hora más tarde, a las 21.00, y sin que ningún médico la haya visto, consigo que una auxiliar le quita la bolsa de orina y la guarde para algún posible análisis. Parece que les tenga que recordar qué trabajo tienen que hacer, no tienen ningún control de si los paciente están atendidos o examinados. A todo esto los pacientes de las camas ya se han ido pero al niño que estaba delante nuestro aún no lo ha visto nadie tampoco y ya ha llegado otro después de nosotros.

A las 21.45 nos adentramos en el laberinto de pasillos para preguntar si van a tardar mucho o debemos irnos alguna clínica privada a ver si nos atienden más rápido. 
Nos explican que los médicos que deben ver a los pacientes de pediatría son los mismos que están para las demás urgencias. No llaman al pediatra, que está en la planta de Pediatría a no ser que sea necesario. Pero que en 5 minutos vendrán a vernos. Llevamos 3 horas y media sin que nos vea ningún facultativo. Mi hija sigue con fiebre y la vamos controlando pero sin ningún termómetro a mano no sé cuanto le sube.

A las 23.00 volvemos a entrar y tras 3 pasillos avisamos a otro enfermero de que necesitamos que le tomen la temperatura ya que hace 3 horas y media que le dieron el Dalsy. Está a 38.5 y le dan Apiretal. 10 minutos más tarde, finalmente, llega un médico y la ausculta. Nos pide una radiografía del pecho para descartar neumonía (que le realizan al cabo de media hora) y a las 00.15 nos recibe el Dr. Blanco (que ya conocemos de las visitas privadas) y descarta la neumonía. Nos receta antiobiótico para eliminar el virus del resfriado venido a más que le está dando mala vida a nuestra hija y a las 00.45 salimos de Urgencias.

Resultado: 1 hora en el Centro de Salud + 5 horas y media en Urgencias del Nuevo Hospital Can Misses = 6 horas y media que se podrían haber resuelto en 2 horas (siendo generosos).

Los adultos podemos ser más pacientes a la hora de esperar a que nos atiendan, pero los niños no. Tienen subidas de fiebre muy rápidas y no son capaces de explicar qué les duele o cómo se encuentran. 

Es vergonzoso que la falta de personal en el Nuevo Hospital deje totalmente desamparada la Sala de Pediatría. Que deba ser yo la que les pida que le miren la fiebre y le den antitérmicos. 
Suerte que en nuestro caso no era una urgencia grave (si debido a la fiebre mi hija hubiese empezado a convulsionar ya me hubiesen oído en toda la planta...).

Siempre había pensado que en caso de urgencia lo mejor era ir al hospital público porque los médicos y las pruebas eran mejores.
Pero visto lo visto y teniendo como referencia que hace un mes mi marido fue a la clínica privada y en una hora le vieron y le hicieron una radiografía de la espalda para descartar daños tras un mal movimiento en el gimnasio, me hace replantearme la rapidez de los servicios públicos.

Es inaceptable pasar con un niño 6 horas y media de espera sin justificar una entrada masiva de pacientes de pediatría. Es un descontrol y una mala atención a los pacientes. 


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