sábado, 18 de febrero de 2017

EL NINJA QUE NO PUDO SER

Este es el post que más me va a costar escribir.

Hace un año estaba preocupada intentado cuadrar las cosas para buscar un segundo hijo: que si las oposiciones de mi marido, que si mi trabajo, que si no sabía cuánto tardaría en quedarme embarazada...

En septiembre nos pusimos a ello y el 20 de diciembre supimos que había dado sus frutos. El momento era ideal: mismas fechas (con sólo 2 días de diferencia) que con Sofía, perfecto para cuadrar mi trabajo, la ropa del anterior embarazo me iba a servir por las fechas,todo a pedir de boca.

El 18 de enero, embarazada de 8 semanas, fuimos a hacer la primera ecografía y llegó el primer batacazo: el tamaño del embrión correspondía a 2 semanas menos y no se podía ver bien, había una sombra y aún no se escuchaba latido. Me puse en lo peor y venga a llorar en la consulta. La ginecóloga me dio cita para 2 semanas más tarde para comprobar que hubiese crecido y que simplemente era un baile de fechas. Pero yo no estaba tranquila. A los 27 días de embarazo había dado positivo en el test y el Clear Blue me puso 1-2 semanas de embarazo, así que allí estaba yo intentando auto convencerme de que todo estaba bien, aunque dentro de mi seguían sin cuadrarme las fechas. Como motivación decidí llamarlo "Sombra Ninja" porque se escondía de nosotros y no se dejaba ver.

El 21 de enero empecé a sangrar un poco, fuimos a urgencias y simplemente me dijeron que reposo relativo y coger cita con la ginecóloga.

El 23 de enero seguía sangrando y la doctora nos confirmó lo que más temíamos: el embrión se había hecho más pequeño y no se veía. Aborto espontáneo. Puesto que ya estaba sangrando decidí no tomar ningún medicamento y esperar a que el cuerpo lo expulsase todo solo. Una semana viendo cómo mi hijo salía poco a poco de mi y llorando con cada coágulo.

Ha pasado un mes y poco a poco estoy mejor. La primera semana no podía hablar del tema sin llorar. Cuando no te ha pasado nunca tienes la sensación de que la pérdida de un embarazo de tan pocas semanas no tiene que ser tan traumático. Apenas son células dividiéndose, no lo has notado moverse. Quizás sea diferente para cada personas pero creo que si ya has sido madre lo vives diferente. Para mi ya era mi hijo. Ya me había imaginado la vida con él, el embarazo, sentirlo dentro, los cumpleaños conjuntos con su hermana. Nos habíamos hecho a la idea de que iba a ser un niño y ya estaba mirando ropa y cositas para él. Sofía sabía que llevaba un bebé en la "panxa" y sigue preguntando por él de vez en cuando. 
Pero todo se va al garete y sientes que no has podido hacer nada por él, que es una vida perdida que no podrás conocer nunca y que, de alguna manera, espero poder encontrarme con él algún día.
La vida es así, incluso si consigues que sea el momento ideal y perfecto te llega una dosis de realidad y te la pega. 
Vamos a seguir intentándolo pero esta vez con mucha más calma. No pienso obsesionarme por las fechas y me da igual si llega en medio de las vacaciones o de la temporada de verano. No es algo que pueda seguir controlando y no está en mis manos.

Dicen que con el intercambio de sangre llevas parte de tu hijo dentro de ti durante 20 años, así podré tener a mi Ninja conmigo un tiempo más. 

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